martes, 14 de diciembre de 2010

El papel de las Denominaciones de Origen y las IGP en la estrategia de Marketing Agroalimentario en época de crisis

El gran número de pequeños y medianos productores del sector
agroalimentario español hace muy difícil que productores de reducido tamaño
puedan enfrentarse de forma aislada al oligopolio que conforman las grandes
empresas distribución que operan en España o que puedan llegar fácilmente a
las tiendas delicatesen / gourmet tanto nacionales como internacionales.
Las Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) y las Indicaciones
Geográficas Protegidas (I.G.P.) juegan un papel fundamental dentro de la
estrategia de marketing de las empresas agroalimentarias y ayudan al sector a diferenciar sus productos agroalimentarios del citado oligopolio mediante el
apoyo en las estrategias de marketing y comunicación y la delimitación de una
zona territorial que dota a los productos de una zona determinada de un valor
añadido con la finalidad de proteger la identidad de esos productos de calidad
contra prácticas fraudulentas o frente a alimentos de inferior calidad.
Además de cumplir una importante función como instrumentos útiles para el
desarrollo rural, la conservación de métodos tradicionales de cultivo y el
mantenimiento de la agricultura tradicional, la delimitación de zonas
geográficas permite elaborar productos autóctonos y crear productos que
claramente se pueden diferenciar en el mercado. Esta estrategia de
diferenciación cobra una mayor relevancia en época de crisis dónde la gran
distribución se centra básicamente en una estrategia de precios bajos dejando
de lado otros elementos que conforman el concepto “calidad” para los
consumidores, tales como los modos de cultivo, el uso de pesticidas, la práctica
de una agricultura sostenible, etc. Cuándo el consumidor decide comprar unos
tomates o unas peras, ha de conocer el valor añadido que significa el que esos
productos pertenezcan o no a una D.O.P o I.G.P. (Garantía de proximidad,
ahorro energético, valores nutricionales y organolépticos, etc.) y ahí radica la
clave del trabajo de dichos organismos.
Otra función importante a destacar por las Denominaciones de Origen es la de
convertir sus sellos en un valor para el consumidor como organismo verificador
de la seguridad alimentaria y la certificación de unos procesos de elaboración
según los estándares establecidos, de modo que todo producto agroalimentario
que pertenezca a una Denominación de Origen o Indicación Geográfica aporte
un plus de confianza y tranquilidad para el consumidor.
Pese a lo relevante del papel de las D.O.P y las I.G.P, lo cierto es que queda
mucho trabajo por hacer. Como muestra, bastan unos datos significativos
obtenidos de un estudio realizado por la Interprofesional del Aceite de Oliva
Español con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y
Marino:
- El 52,6% del canal HORECA no conoce ningún aceite virgen extra con D.O.
- El 55,1% de los distribuidores no comercializa aceite de oliva virgen extra con
D.O.
- El 49,2% del canal HORECA no compra aceite con D.O.
- El 29% de los distribuidores no conoce las ventajas de una D.O. de aceite de
oliva.Sin lugar a dudas, las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas
han de planificar minuciosamente sus estrategias de marketing para integrar
en las mismas las bondades de sus productos agroalimentarios y promocionar
los valores añadidos de los alimentos que portan su sello diferencial y
conseguir cambiar y mejorar los porcentajes del estudio anteriormente
citado.PUROMARKETING

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